Mucho ha llovido desde la época de la movida madrileña y mucho también de los coletazos que esa susodicha sacó a relucir en grupos musicales y demás "fanzines" de Almería. A mi se me ocurrió sacar el mío propio, "morx", donde publicaría mis historietas e ilustraciones. Esto no es ni más ni menos que la historia de la soledad del pintamonas. La necesidad de llenar un vacío cultural que era la tónica general del momento.